La rubia cree en Papá Noel, ¿quién si no iba a traer un cheque de 100 dólares en un reno? Y para agradecérselo, imagínate, ¡lo quiere como una perra de año nuevo! Si yo fuera él, desde luego no diría que no - y por mis dólares, además. ¡Así que se dejó la piel por el importe total! ¡Y el postre en la lengua es gratis!
El hijastro se volvió loco: ¡pidió a su madrastra que le ayudara a descargarse! Al final ella sólo accedió a hacerlo una vez. Ja, ja, ja, y luego ella misma admitió que su papá nunca la había jalado tan bien. Atrapó al pez en un anzuelo - ¡ahora revoloteará en él durante mucho tiempo!