No me lo puedo creer. He leído repetidamente en la prensa occidental que ese comportamiento de sus directivos se considera una ofensa grave, que raya en lo delictivo. Como si a un subordinado se le causara un sufrimiento moral insoportable, que luego le persigue durante muchos años.
Los apretados agujeros del culo de esta dama fueron desarrollados por estos jóvenes perfectamente, y la follaron como debían.